Buenas, me llamo Ruben adol...represento a Daniela velazquez, pintora y artista.
PRESENTACIÓN DE LA VIDA DE LA ARTISTA DANIELA VELAZQUEZ
Nacida la menor de cinco hermanos en plena posguerra civil, en el pueblo de Baños de la Encina (Provincia de Jaén), Daniela Velázquez Montesino, apasionada por el dibujo desde niña -e inspirada tanto por la asignatura de dibujo con doña María, como por los entonces famosos cuentos de hadas ilustrados por María Pascual- se inició en el carboncillo y la policromía con los lápices de Alpino y las ceras.
Algunos años después, siendo aun adolescente, acabó emigrando, junto a su familia –y como muchos en la época- con miras a encontrar nuevos horizontes en la ciudad de Barcelona. Corría entonces el año 1.962.
Muchos años después, transcurriendo la madurez y culminada la etapa de formar una familia –durante la cual desplegó su creatividad innata a través de otras artes, como el diseño de moda y decoración, y la jardinería-, Daniela acabó retomando, hace unos quince años, su vocación y mayor afición: la pintura.
De manera autodidacta, pero también mediante la toma de distintas formaciones para perfeccionar su técnica –acrílico y óleo sobre lienzo o madera, con espátula y pincel-, Daniela ha logrado ya hoy en gran parte su sueño: exponer sus cuadros con éxito en distintos lugares de España (Cataluña, Murcia, Guadalajara y Madrid), así como vender sus obras tanto por encargo como a través de las exposiciones.
Se ha dicho del estilo de esta pintora que corresponde a un “Realismo Mágico”, ya que, a menudo, combina paisajes, edificios y personas con seres de otras dimensiones –llamados ninfas, hadas, elfos, etc …- con una naturalidad tal que logra difuminar los límites entre lo real-visible y lo invisible…
Ángeles que parecen humanos, flores que parecen seres animados y personajes fantásticos, aparecen en sus obras en un ejercicio pictórico que invita al observador a romper con la monotonía y a recuperar la espontaneidad infantil, el gusto por la Belleza de la Creación, y la fe en la alegría de vivir… Por ello, tal vez no sea casual lo que ya varias personas han dicho acerca de lo “terapéuticos” que les resultan los cuadros de Daniela: que se han sentido muy beneficiadas anímicamente al observarlos con atención.