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Me parece oportuno subrayar que sería muy reductivo y simplista, a mi manera de ver, inscribir la pintura de Remigio Megías en la corriente realista, ya que Remigio Megías García ilumina sus obras de particulares juegos de luces, de sombras y de veladas transparencias, y, entre otras cosas, sus composiciones superan los límites de una simple reproducción de belleza naturales y ambientales para hacerse, convertirse en libres interpretaciones de una realidad que produce en el espíritu un continuo escalofrío de felicidad que llena la vida de poesía. Podemos notar que, en realidad, las formas se construyen, en sus composiciones, con impresionistas vibraciones generadas por la aireada disposición de las masas cromáticas, bien ritmadas en la elección y en los contrastes en atmósferas llenas de luminosidad, recreadas con inmediatez por pinceladas ágiles y seguras. Una pintura, aquella de Remigio Megías García, que trae, saca de la Naturaleza, del paisaje, aquellas esencias vitales que inefablemente se imprimen en el mágico fluir de los colores con poética armonía.
Antonio Malmo Crítico de arte. Nápoles (Italia)
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