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Mi producción artística hace énfasis en las vivencias personales y los recuerdos; la pintura y la fotografía me han facilitado el acercamiento al interior de aquello imaginado, sirviendo como bisagra entre la realidad y lo posiblemente real. Mis obras son en retrospectiva un relato, en el que las imágenes existentes son atravesadas por la imaginación, interviniendo de este modo el espacio cotidiano o llamado real.
El color es un elemento que da cuenta de las tensiones existentes en la obra y la multiplicidad de tonos, funciona como notas en el espacio visual en el que la naturaleza quiebra la mirada acostumbrada. Eludir en esta instancia lo realista es una forma-idea, de cómo mirar lo cotidiano; el arte, como la política, cruza la vida cotidiana permitiendo la transformación de la misma.
El tiempo es otro elemento de la obra; mediante las fotografías se inmortalizan los hechos, las secuencias, las circunstancias, luego al reproducirla vuelve el momento olvidado, desde el pasado hacia el futuro.
Las obras son también un proceso lúdico, que deja en evidencia un recorte de lo observado y las posibilidades de modelarlo. Detrás de un primer plano puede apreciarse otro primer plano latente. Volver a contar lo real ya sea desde la imagen concreta u abstracta, es recorrer un camino, desandarlo y revelar un camino distinto, cuestionando lo real como material preestablecido
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