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Cuadros que hablan por si mismos.
Naif y transgresor a la vez.
Provocador.
Nada convencional.
Su pintura nos lleva a evadirnos de la realidad y a perdernos en su imaginación.
Colores y facetas tan distintas como las de su mundo interior revelan su encanto por la figura femenina, a la cual rinde homenaje.
Enigmas, sonidos, colores y sueños muestran la intimidad del artista.
La contrariedad de un ser rico en vivencias pero genuinamente solitario.
Letras. Trazos y pájaros.
Ingenuidad y orgullo.
De la intuición a la perfección distorsionada por un mundo de pasiones. RAMIRO GUZMÁN.
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